Pastitsio

Una deliciosa alternativa griega a la lasaña

Grecia y su cocina me traen recuerdos maravillosos, como si de un sueño se tratara. Y es que así empezó todo, en la nebulosa de la noche. Un programa de radio me dio la oportunidad de hacer un viaje inesperado que finalmente se convirtió en una aventura que me llevó a recorrer, durante varios años, una parte del mundo antiguo. Y ahora que se acerca la Semana Santa, época en la que solíamos viajar, no puedo por menos que sentir una terrible añoranza de aquellos viajes en los que tanto aprendí y con los que tanto disfruté. Una enorme añoranza por volver a encontrarme con unos compañeros de viaje que pronto se convirtieron en amigos. Juntos recorrimos Atenas, el Peloponeso, Las Cícladas, Rodas, Turquía, Siria, Jordania y algunos sitios más. Juntos vivimos momentos inolvidables que quedaron para siempre grabados en nuestra memoria. Juntos vimos, por primera vez, los lugares donde se forjó la historia, nuestro pasado y también nuestro presente. Nunca podré agredecer lo suficiente a Coty y a Bernardo que me inculcaran ese amor por el mundo antiguo que ellos llevan en las venas.

Recuerdo momentos especialmente emotivos como el día que visitamos la Colina de Pnix en Atenas, el lugar donde se reunía la Asamblea (la Ekklesía) para decidir sobre los asuntos de Estado. Todos los hombres atenienses mayores de 18 años podían participar directamente en la adopción de las decisiones públicas con su voto, sin distinción de clases. Entre otras cosas, la asamblea tenía la última palabra en lo referente a la legislación ateniense, las declaraciones de guerra, la firma de la paz o la estrategia militar. Poseía también la facultad de llamar a los magistrados a rendir cuentas ante ella al final del año de su mandato.
Los griegos empezaron a llamar a los temas que se trataban en la Asamblea “politikoí”, (raíz de donde deriva por ejemplo la palabra política) para distinguirlos de los asuntos personales y de los intereses privados de los ciudadanos llamados “ἰδιωτικός” “idiotikós”. Tiene gracia que sea éste el origen de la palabra idiota. Llama la atención la evolución que sufrió su significado: de referirse simplemente a aquél que se preocupaba sólo de sí mismo, de sus intereses privados y particulares, sin prestar atención a los asuntos públicos, hasta adquirir finalmente ese matiz peyorativo que tiene hoy en día. En la Antigüedad grecorromana la vida pública era de gran importancia para los hombres libres. Ser un idiota (persona preocupada sólo de lo suyo) pasó pronto a adoptar la acepción actual del término, pues era considerado deshonroso no participar en la democracia. Así que, bien pensado, muchos de los que hoy en día se denominan “políticos”en realidad son “idiotas” (preocupados únicamente en defender sus propios intereses).

Fue muy emocionante, en ese primer viaje, recorrer los escenarios en los que la democracia ateniense dio sus primeros pasos. Se me saltaban las lágrimas cuando allí mismo el profesor Bernardo Souvirón nos leyó el discurso fúnebre de Pericles en honor a los atenienses muertos en el primer año de la Guerra del Peloponeso. Sus palabras constituyen una de las descripciones más vibrantes y emotivas jamás escritas sobre la democracia. Escucharlas allí, en el mismo lugar en el que Pericles tantas veces se dirigió a la Asamblea, fue simplemente mágico.

"Tenemos un régimen de gobierno que no envidia las leyes de otras ciudades, sino que más somos ejemplo para otros que imitadores de los demás. Su nombre es democracia, por no depender el gobierno de pocos, sino de un número mayor; de acuerdo con nuestras leyes, cada cual está en situación de igualdad de derechos en las disensiones privadas."

Desde aquí quiero mandar un cariñoso abrazo a aquellos amigos con los que durante tanto tiempo tuve la fortuna y el placer de compartir esa aventura con la que emprendimos un viaje en el tiempo, al pasado. Nunca olvidaré todo lo que aprendí, lo que disfruté. Para esos amigos a los que llevo siempre en mi memoria, este plato delicioso del que tantas veces hemos disfrutado juntos a orillas del Mar Egeo. Ojalá las Moiras vuelvan a entrelazar nuestros hilos y nos lleven de nuevo rumbo a Itaca...
 

INGREDIENTES
para el PASTITSIO

500 grs. de macarrones , 2 huevos ligeramente batidos, 50 grs. de queso Kefaloriti o parmesano, 2 cucharadas de mantequilla, pan rallado

Ingredientes para la salsa blanca

Mantequilla, harina, leche, nuez moscada

Ingredietes para la salsa de carne

Aceite de oliva,1 cebolla, 4 dientes de ajo, 2 ramas de apio, 1 kg. de carne de tenera picada, 200 ml de vino tinto, 400 grs. de tomates en lata, 2 cucharadas de concentra e tomate, 1 palito de canela, 1/4 cucharadita de clavo, 1 ducharadita de orégan seco, 2 cucaradas de orégano fresco, 3 hojas de laurel, sal y pimienta negra.


ELABORACIÓN

Para elaborar la salsa de carne, ponemos el aceite de oliva en una cazuela, añadimos la cebolla bien picada, el ajo y el apio y doramos ligeramente durante unos minutos. Añadimos la carne picada y dejamos al fuego durante 3 ó 4 minutos. Añadimos el vino, los tomates, el concentrado de tomate, el palito de canela, el clavo, el orégano, las hojas de laurel, la sal y la pimienta y dejamos cocer durante 30-40 minutos.

Seguidamente elaboraremos nuestra salsa blanca que aromatizamos con nuez moscada, sal y pimienta negra.



Una vez tengamos la pasta cocida al dente la mezclaremos con parte de la salsa blanca, el queso que hayamos elegido y los dos huevos. Y con esa preparación hiremos haciendo capas, como si de una lasaña se tratara, alternando una de pasta con otra de carne. Terminamos cubriendo con una generosa capa de salsa blanca espolvoreada con nuestro queso. Llevamos al horno a gratinar y listo para servir.

Para elaborar el pastitsio podéis utilizar cualquier tipo de pasta tubular estriada o lisa. Yo particularmente prefiero emplear una que no sea demasiado grande. En el video veréis que Rick Stein utiliza unos tortiglioni pero a mi siempre me han gustado más con macarrones o con unas plumitas.

No dejéis de probar este plato porque es sencillamente delicioso. Mediterráneo en estado puro.

7 comentarios:

  1. Sencillamente me encanta, es más, me gusta la pasta de cualquier manera, así que imagínate ya con sus salsas y sus quesos. Tiene que estar exquisito este plato. Ya no estoy tan segura con el toque de canela, pero lo probaré, quién sabe, a lo mejor por no probar mezclas nuevas me esté perdiendo unos sabores de lujo.
    Muchos besitos guapa.

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  2. Marisol,

    A mi también me encanta la pasta. ¡Qué rica! Y además se puede comer de tantas maneras diferentes.
    No te preocupes que esta no te va a saber a canela. Yo cuando estuve en Grecia probé muchos platos que la llevaban y no sabía qué era hasta que vine aquí y al hacer el plato por vez primera me di cuenta de que ese saborcito que tanto me gustaba y que me no había manera de imitar era simplemente canela. Claro, así como se me iba a ocurrir. Así que no te preocupes, sólo notarás un toque diferente pero por si acaso si quieres prueba a poner sólo la mitad. Si lo haces ya me dirás. Un besito guapa

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  3. Sacer, qué maravilla de entrada...me apasiona la historia clásica...nuestra historia, al fin y al cabo. Qué suerte haber conocido esos lugares mitológicos y encantados. Ojalá los dioses me agasajen con el honor de conocer esos lares pues sólo conociendo nuestro pasado podremos entender nuestro presente. En relación a esa pasta...sobran las palabras. Todos un lujo para el paladar y para la vista. Tus fotos son una maravilla. Te copio las ideas guapa!!!! Un beso enorme.

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  4. Susi,

    La verdad es que reconozco que soy una privilegiada por haber tenido la oportunidad de recorrer todos esos lugares de la mano de personas que aman y conocen en profundidad esa cultura. Si vas alguna vez seguro que te gustarán.

    Y la pasta, en serio, tienes que probarla. Tiene un sabor distinto, muy rico.

    Un besito guapa

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  5. Muy interesante todo esto que nos cuentas, me ha gustado mucho tu entrada y tambien la receta, que no conocia...un besito

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  6. MªJosé,

    Me alegro mucho de que te haya gustado la receta. La verdad es que es una buena alternativa a los platos de pasta de siempre. Tiene un sabor diferente que a mi particularmente me gusta mucho. Espero que si os animáis a hacerla disfrutéis tanto como yo.

    Un besito

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  7. ¿ Que te voy a decir yo que estoy enamorada del mediterráneo, sus gentes, sus costumbres, sus ciudades, su mar?? a ti que te veo tan enamorada como yo??? pues que viva ¡¡¡¡ jajjaja fijate que Atenas es de las ciudades europeas que me falta por visitar, pero mi marido no se anima....pero caerá, je je....Este Rick Stein es un maquina, no me extraña que estes encantada con el. tu amigo Bernardo una joya, debe de ser de esas personas que da gusto viajar a su lado, son enciclopedias andantes, je je.
    Me gusta tu Pastisio y a mis hijos les encantara, así que tomo nota de tu receta y me la apropio desde ya, en cuanto pueda cocinar cae, seguro. Tendré en cuenta tus anotaciones.
    Sacer que muchos besos desde esel mediterráneo que ayer me llevaron a verlo, esta a 10 minutos de casa andando, pero me llevaron en coche a menos aun y estaba radiante, lo veo al menos dos veces por semana.
    Bss desde Almería,

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