Oficialmente sigo desconectada del blog hasta finales de octubre pero hoy quería compartir con vosotros algo más que una receta. Cuando alguien hace las cosas bien me gusta comentárselo a los demás porque creo que ese esfuerzo merece una recompensa. Veréis hace algunas semanas inauguraron en Logroño una tienda de Genevieve Lethu. Desde que vi en el escaparate unas fotos suyas con el cartel de próxima inauguración sabía que me encantaría y no me equivoqué. Entrar en el local es todo un placer para los sentidos. La verdad, uno no sabe hacia donde mirar porque todo es sencillamente maravilloso. Tienen un montón de cosas para vestir la mesa (vajillas, vasos, manteles, fuentes...) y un sinfín de pequeños artilugios para los que nos gusta disfrutar de la cocina y cuidar los pequeños detalles que hacen de la mesa un momento inolvidable. Todo hecho con materiales de gran calidad y unos diseños preciosos. Y lo mejor es que la vajilla se puede comprar por piezas sueltas, algo que es muy difícil de conseguir en otros sitios. Chicos, creedme, es el paraíso al que todo cocinillas le gustaría ir (je,je,je). Y lo mejor de todo es que os atenderán a las mil maravillas. Ana, la dueña, está siempre pendiente de todo con una amabilidad que la verdad resulta difícil de encontrar hoy en día y lo mismo su compañera. Tuve la suerte de poder charlar con ellas un ratito y como os digo las dos son encantadoras. Me habría llevado la tienda entera. Desde luego los que vivís en Logroño no podéis dejar de visitarla porque os encantará. Están en la calle Doctores Castroviejo, 22. Si queréis ver su página web podéis hacerlo aquí. Desde aquí les deseo mucha suerte con este nuevo proyecto, porque se la merecen. Por cierto, Ana me dio algunas recetas que tienen en la tienda. También os encantarán.
Para estrenar estos platos que compré allí nada mejor que hacerlo con una receta de fiesta como el que os traigo hoy. Aunque en la foto no se aprecia bien, se trata de una vajilla de gres en verde que al natural resulta espectacular. Así es imposible que vuestros invitados no se sientan como en un hotel de lujo.
Bueno, no me enrollo más y voy al grano. Hace poco os expliqué qué son las pochas, pero por si hay algún despistado podéis verlo aquí.
INGREDIENTES
1/2 Kg. de pochas ya desgranadas, 600 grs. de almejas, 1 cebolla pequeña, 1 tomate pequeño, 1/2 pimiento rojo, 1 diente de ajo sin pelar y otros 3 pelados, 1 hoja de laurel pequeña, 1 cucharadita de harina, sal, aceite, perejil fresco y agua.
ELABORACIÓN
Para elaborar esta receta necesitáis unas buenas almejas que pondremos en agua con abundante sal por lo menos un par de horas antes de comenzar con el guiso. De este modo las almejas se irán depurando y soltarán toda la arenilla que puedan tener en su interior ya que sino al cocinarlas, la soltarían en el guiso y ya os podéis imaginar que arruinarían el plato.
Lo primero será empezar cociendo las pochas. Despuès de lavarlas bien las ponemos en una cacerola con agua fría cubriendo un par de dedos y añadimos la cebolla, el tomate, el pimiento, 1 diente de ajo sin pelar, una hoja de laurel y algo de sal. Dejamos cocer a fuego suave durante 35-40 o hasta que las pochas estén tiernas y retiramos las verduras que no las vamos a utilizar ya aquí. Si queremos hacer este plato para agasajar a nuestros invitados incluso podemos tener cocidas las pochas del día anterior y terminar el guiso momentos antes de servir. Sólo tendríamos que volver a calentarlas y seguir con el siguiente paso.
En el vaso de la batidora ponemos tres dientes de ajo y una buena cantidad de perejil fresco algo picado. Añadimos un chorrito de aceite al principio y poco a poco vamos incorporando el resto. Cuando tengamos listo nuestro aceite de ajo y perejil reservamos. A continuación calentamos una sartén bien grande y añadimos el aceite que acabamos de preparar. Dejamos al fuego unos 20 segundos y seguidamente añadimos una cucharada de harina. Rehogamos bien para que no nos sepa a cruda y mezclamos con el aceite. Ahora es el momento de incorporar las almejas y añadir un vaso de vino de agua. Es muy importante para evitar que se nos pasen que las vayamos sacando una a una conforme se vayan abriendo. Yo pongo siempre una cazuela vacía junto al fuego para irlas apartando con ayuda de unas pinzas que tengo como éstas. Las voy dejando ahí con la tapa puesta para que mantengan un poco el calor. Cuando las tenga todas listas añadimos a nueustro guiso de pochas el caldito de las almejas que se nos habrá formado en la sartén y le damos un pequeño hervor para que las legumbres cojan el sabor de los moluscos. Finalmente volvemos a incorporar las almejas y ya están listas para servir.
Si os sobran pochas al día siguiente podéis preparar una cremita triturándolas con la batidora. Las servís utilizando como guarnición unos daditos de sepia salteados en un aceite de ajo y perejil. Veréis como queda espectacular.
Bueno, vuelvo a mis vacaciones. Os veo otra vez a finales de octubre. Besos.
Hola guapa! Me paso a decirte que acabo de publicar una quiche con el relleno de tu empanada "casi griega" y me encuentro este plato....que cosa mas rica, con el fresquito que tenemos ya por el norte, apetencen un monton!
ResponderEliminarMe encanto la combinacion de ingredientes....que rico! La proxima vez lo hago en formato empanada y con el azucar, al pie de la letra, jeje...
Un besote!
Buf,reina!. Este plato lo hacìa mi abuela y siempre me llamaba para ir a comerlo con ella. Me encanta, aunque no lo hagaís del todo igual, ya que cada una tiene sus truquitos, ingredientes y demás..estoy por asegurar que si pudiera ver tu plato, al dia siguiente se ponía manos a la obra y lo preparaba :)
ResponderEliminarSe ve delicioso, muy muy rico.
besitos
Riquisiimooo, un beso.
ResponderEliminarEse plato me recuerda a mi abuela,que manjar.Tienen una pintaza esas pochas nena tremendonas.
ResponderEliminarSigue disfrutando ;))
Has dado en el clavo con el plato favorito de mi marido y como lo tengo aqui al lado, no me queda más remedio que prepararselas para mañana, a ver si me quedan tan estupendas como a ti. Un beso, Charo
ResponderEliminarSe ven tan tiernas y tan suaves esas pochas..., me encanta la receta!!
ResponderEliminarBsos
El plato es estupendo, por aquí las pochas van a ser difíciles de conseguir, supondo que con unas habas frescas también servirá, para compensar las almejas si que son de las mejores ;)
ResponderEliminarBicos
amiga! si yo tuviera cerca esa tienda...menuda ruina! qué cosas tan bonitas!!!! te compadezco...je je je je
ResponderEliminarEsas pochas te han quedado de cuadro. Hija, ni una rota. Qué barbaridad. Parece que están sin cocer! je je je je je je je
Me encantan!!!!!!!!
Sacer... qué rico plato!. Y ahora que empieza el otoño, más!
ResponderEliminarUn besote
Yo quiero una tienda de esas en Cartagena!
ResponderEliminarY también quiero pochas, que tampoco se encuentran!
Me ha encantado tu forma de hacer este plato, aunque yo lo tendré que hacer con alubias secas.
Un beso y a seguir disfrutando.
Mi marido salibaría por tu receta y yo por tu plato! jajajjaja
ResponderEliminarQue lindo lo que dices al principio, si alguien hace las cosas bien hay que reconocérselo, yo pienso igual y me encantó este post que le dedicaste en parte a esas chicas, ojalá alguna vez ande por allí para pasar un ratito al cielo de los cocinillas!.
Rico rico tu plato de pochas con almejas y más lindo aun ese plato verde donde reposan!
Besotes!
Hola!!! Disfruta de las vacaciones.
ResponderEliminarUna receta riquisima...
Bsss
Disfruta de las vacaciones, y nos quedamos cuidandote el blog, que con esas pochas, cualquiera lo deja abandonado...
ResponderEliminarBesos Sacer y pasalo bien.
Qué rico plato de cuchara, me encanta ;) buen fin de semana
ResponderEliminar¡Que peligro tiene entrar en esas tiendas, pero como se disfruta!.
ResponderEliminarEste plato en casa gusta mucho, el tuyo se ve muy apetitoso.
Un abrazo
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