Hace tiempo que debería haber compartido esta receta con vosotros porque fue una de las primeras que me enamoró de Limoncello and linen water (el último libro de Tessa Kirós). Sabéis lo que adoro sus libros y sus recetas así que podéis imaginar que no tardé mucho tiempo en ponerme manos a la obra. Después de descubrir el sorprendente resultado del risotto de fresas estaba segura de que éste también me iba a encantar y así fue. La verdad es que que los italianos son unos maestros a la hora de utilizar las frutas en sus risottos, algo que sinceramente jamás se me hubiera ocurrido antes. Es asombroso como con ingredientes tan sencillos se puede conseguir un plato con tanto sabor. Si os gusta la combinación de la fruta con el queso seguro que esta receta os va a encantar y a vuestros comensales, sin duda alguna, les sorprenderá.
Podéis utilizar el queso que más os guste. Incluso uno azul podría quedar bien aunque en ese caso tendréis que ser más comedidos con las cantidades porque su sabor suele ser más fuerte. Os aconsejo entonces que lo incorporéis poco a poco en el momento final y que vayáis probando hasta dejarlo a vuestro gusto, sin que el queso enmascare el sabor del resto de los ingredientes. La receta original empleaba pecorino (queso de oveja curado) aunque yo he preferido sustituirlo en parte por rulo de cabra porque junto con la pera hacen una de mis combinaciones de sabor favoritas. ¿Os apetece disfrutarla?